domingo, 25 de octubre de 2015



PRÁCTICA 9 EXPOSICIÓN DE OFRENDAS
Investigar que son y como surgen las calaveritas literarias y elaborar una, origen de la artesanía del papel picado, por que se utiliza  la flor de Cempasuchil.

        La muerte en el México prehispánico
En México, las ceremonias rituales dedicadas a los muertos se practican, desde antes de la llegada de los españoles a tierras mesoamericanas, el culto data por lo menos desde 1800 antes de nuestra era. Dentro de la cosmogonía de las culturas del centro de México, se encontraban las fiestas para la celebración de los muertos. La muerte fue, para muchos de los pueblos mesoamericanos, de gran importancia dentro de su sistema de creencias. Al respecto algunas fuentes como Fray Durán, Torquemada, Sahagún y Krickeberg, señalan que en el calendario mexica el cual constaba de 18 meses, los meses noveno y décimo denominados Tlaxochimaco y Xocolhuetzi respectivamente, estaban dedicados a la celebración del día de los muertos chiquitos, el primero y de los grandes, el último.
 En el año de 1521, México fue conquistado por los españoles. La caída de Tenochtitlán, capital de los antiguos mexicanos, fue el símbolo del exterminio de las culturas indígenas. Nuevas ideas acerca de la muerte se implantaron. La ideología de los conquistadores, sustentada en el catolicismo, modificó ritos y cosmovisiones. La idea de una prolongación de la vida en el más allá se mantuvo, si bien es cierto que sustancialmente distinta. Las dos regiones a las que iban los muertos en la mitología mexica, se sustituyeron por el cielo y el infierno, cambio que traería consigo una diferente valoración del concepto de la muerte. El destino del alma se determinó en atención al bien y al mal, al comportamiento de una ética cristiana basada en las buenas o en las malas acciones que se hubiesen realizado en vida. Un nuevo dios apareció que premiaba o castigaba.
Cuando los españoles llegaron también las nuevas fechas para los rituales de la muerte el 1º y 2 de noviembre que venían a sustituir a las dos fiestas indígenas dedicadas a los muertos: la Miccahitontli o Fiesta de los Muertecitos, celebrada el noveno mes del calendario nahua; y la Fiesta Grande de los Muertos, del décimo mes del año. Pero si bien es cierto que la nueva concepción se impuso, muchos de los ritos antiguos se mantuvieron, otros se amalgamaron a los hispanos y esta mezcla de elementos culturalmente distintos, dio origen a un nuevo culto, a una ceremonia mortuoria derivada del sincretismo.
El sincretismo entre costumbres españolas e indígenas dio origen a lo que actualmente constituye la Fiesta de Día de Muertos. En México, país pluricultural y pluriétnico, la celebración de muertos no tiene un carácter homogéneo, sino que adquiere diferentes modalidades según el pueblo indígena o grupo social que la realice. Las variantes rituales son muchas, sin embargo, todas ellas giran alrededor de ciertas prácticas comunes: la bienvenida y despedida de las ánimas, la colocación de ofrendas para los muertos, el arreglo de las tumbas, la velación en el cementerio y la celebración de oficios religiosos.

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